El talento de Mr. Ripley. Patricia Highsmith
El talento de Mr. Ripley. (The talented Mr. Ripley)
Patricia Highsmith, 1955
N.º de Páginas: 328
Traducción de Jordi Beltrán
Sinopsis Oficial
En "El talento de Mr. Ripley", la más célebre novela de Patricia Highsmith, aparece su más fascinante personaje: el inquietante y amoral Tom Ripley, figura prototípica de un género que Patricia Highsmith ha inventado, que se sitúa entre la novela policíaca y la novela negra, entre Graham Greene y Raymond Chandler, donde el más trepidante suspense se aúna a un vertiginoso análisis psicológico. Mr. Greenleaf, un millonario americano, le pide a Tom Ripley que intente convencer a su hijo Dickie que está viviendo una bohemia dorada en Italia para que regrese al hogar. Tom acepta el encargo, y de paso pone tierra por medio a posibles problemas policiales, y encuentra a Dickie y a su amiga Marge, con quienes establece una turbia y compleja relación.
Resumen Detallado
En un bar de Nueva york, Tom Ripley se da cuenta de que alguien lo sigue, aunque piensa que puede ser un policía para detenerlo, al cambiar de bar es abordado por él, que se presenta como el señor Greenleaf, padre de Richard (Dickie) a quien Tom conoce ligeramente y lo único que recuerda es que era rico. Su padre, por lo que ha oído a unos conocidos, y por la propia actitud de Tom, piensa que son grandes amigos, por lo que le propone que viaje a Italia, donde Dickie vive, a costa de sus padres, para convencerlo de que vuelva a casa. Tom, que vive y trabaja de una forma muy precaria, ve ese viaje como una oportunidad de iniciar una nueva vida.
Tom trabajaba actualmente en la oficina de recaudación de impuestos interiores, desde donde intentaba estafar a pequeños contribuyentes, sin demasiado éxito. Acude a casa de los Greenleaf dónde le han invitado a cenar. Allí conoce a la Sra. Greenleaf, enferma de leucemia y queda en visitar con el señor Greenleaf los astilleros de su propiedad, y acuerdan los términos del viaje a Europa. Tom, únicamente anuncia su partida a Cleo, una amiga. Los Greenleaf regalan un reloj a Tom y compran unos calcetines y un albornoz para que se los lleve a Dickie.
La mañana de la partida, varios amigos de Tom aparecen en el camarote para despedirle, lo que disgusta a Tom. Al zarpar le llega una cesta fruta, de parte de los Greenleaf. Durante el viaje, aprovecha para escribir cartas: a Cleo, a su tía, a los Greenleaf. Y da vueltas a su pasado, su sueño de ser actor, sus numerosos empleos precarios. Está dispuesto a iniciar una nueva vida. Durante el viaje únicamente conoce de pasada a una chica inglesa.
Después de desembarcar y pasar la noche en Nápoles, Tom llega en autobús a Mongibello. Deja sus maletas en la estafeta y se lanza a buscar a Richard, lo encuentra en la playa con Marge. Richard no le recuerda, aunque ha recibido una carta de su padre anunciando la llegada de Tom, y le invita a almorzar en su casa. Marge es escritora y, aunque tiene una relación con Richard, tiene su propia casa. Hablan sobre los padres de Richard y le recomiendan un hotel en el pueblo. Tom, es consciente de lo agradable de la vida de Richard allí, y entiende que no quiera volver, se da unos días para iniciar su tarea.
Transcurridos esos días, los vuelve a encontrar en la playa. Tom invita a una copa a Dickie y le confiesa el encuentro en Nueva York con su padre y el motivo de su viaje. Luego ponen al corriente a Marge. Tom les explica que quiere aprovechar el viaje para encontrar trabajo en Europa. Van a comer a casa de Dickie, que le muestra sus cuadros. Quedan en realizar un viaje a Nápoles y le comenta que su relación con Marge no es de amor. Al final Dickie pide a Tom que el tiempo que vaya a quedarse, se instale en su casa. Al coger el autobús para el viaje a Nápoles, se encuentran con la llegada de Freddie Miles, un amigo de Dickie que viene a pasar unos días en el pueblo, en casa de unos amigos comunes. A Tom no le gusta Freddie. Al llegar a Nápoles y pese a que pensaban volver esa misma noche a Mongibello, aceptan la invitación de un italiano a quien Dickie conoce, para ir a Roma. Allí, van a un espectáculo y pasan toda la noche vagando por la ciudad. Tom se percata del parecido físico que tiene con Dickie, estatura, peso, talla etc. A la mañana siguiente vuelven a Nápoles y de allí a Mongibello. Margue les hace ver que se preocupó, pensando que estaban en Nápoles. Tom creyó ver celos en la actitud de Marge.
Marge no aparece durante unos días y Tom aprovecha para ganarse la confianza de Dickie, le muestra, antes de enviarlas, las cartas que dirige a su padre. Tom piensa que Marge está enamorada de Dickie, pero que no es correspondida. Planean un viaje por el Egeo a la que Marge no quería ir, y Dickie invita a Tom a una semana de esquí en Cortina, a la que Dickie y Marge solían ir todos los años, invitados por Freddie. Tom sugiere que no quiere ser un estorbo entre Dickie y Marge, pero éste le tranquiliza al respecto.
Al pasar al lado de casa de Marge, Tom ve a Dickie besándola y encoleriza, se va a casa y arroja objetos de pintura de Dickie por la ventana. Empieza a probarse ropa de Dickie y a decirse en el espejo, adoptando su personalidad, que odia a Marge. En ese momento Dickie entra y se enfada con lo que Tom está haciendo, le deja claro que no se meta en su relación con Marge y le dice que él no es invertido y que Marge piensa que Tom, sí lo es, lo que él le niega. En ese momento piensa que no tiene muy clara su condición sexual, pero que nunca ha tenido relaciones homosexuales.
Tom empieza a tomar clases de italiano, y está convencido de aprenderlo pronto.
Un día Tom propone un negocio de drogas a Dickie, y éste no se lo toma en serio y deja en ridículo a Tom, delante de quién se lo había propuesto. Tom piensa que Dickie no le considera su amigo. En ese momento piensa que no quiere que vaya a Cortina con ellos. Además, recibe una carta del señor Greenleaf, de pide que, dados los escasos resultados de su misión, que se olvide de ella. Dickie también le dice que no van a ir a París, como habían planeado y que en cambio irían a San Remo. Tom empieza a pensar que Dickie se está hartando de su compañía, de hecho, le confirma que no quiere que vaya a Cortina con Marge y con él. Marge no quiere ir a San Remo, pero encarga a Dickie una colonia.
Deciden que, desde san Remo, pueden llegar a Cannes, dónde Dickie cambiaría su cheque mensual aprovechando el mejor cambio en Francia. Ya en San Remo, en otro desplante de Dickie, Tom mira sus anillos y la idea de matar a Dickie y hacerse pasar por él, toma forma en su cabeza. Le plantea alquilar una embarcación para dar un paseo por la bahía y lo hacen. Durante el paseo en bote, Tom golpea a Dickie con el remo hasta matarlo, él mismo cae al agua, pero logra volver a subir. Quita los anillos a Dickie y coge todo lo suyo, incluyendo la colonia de Marge y logra llegar a la orilla. Allí, llena de piedras el bote y lo aleja de la orilla hasta que se hunde.
Llegó al hotel en bañador y con la chaqueta de Dickie. Su ropa estaba manchada de sangre. A la mañana siguiente sale del hotel y parte a la estación sin tener muy claro dónde ir. Decide ir a Mongibello y encargarse de las pertenencias de Dickie. Al llegar y encontrarse con Marge, a la que le da su colonia, le dice que Dickie se ha ido a Roma a pasar unos días, y que se aloja en un hotel. No sabe cuándo volverá ya que cree que quería cambiar de aires. Él recogería las cosas y se reuniría con él en Roma, saliendo al día siguiente. Marge insiste en saber en qué hotel está, pero Tom le dice que no lo sabe y que Dickie le dijo que le dijese que le escribiese a la American Express.
Estando recogiendo las cosas de Dickie, Marge se extraña de que recogiese prácticamente todo por lo que Tom le dice que Dickie le ha escrito diciéndole que se va a instalar en Roma, lo que abate a Marge. Tom le dice que él estará unos días en Roma y que luego irá a París antes de volver a los Estados Unidos. Tom leyó los periódicos esperando encontrar el hallazgo de la barca manchada de sangre, pero nada aparecía. Antes de irse de Mongibello, se despidió de los conocidos contando a todos la misma historia que a Marge, y empaquetó todas las cosas y las envió a la American Express. En el camino hacia Roma, escribió una carta de Dickie, a Marge, contándoles sus intenciones de establecerse en Roma.
Al llegar, Tom se instaló en un hotel mediano y estudió su estrategia de suplantar a Dickie: imitación de voz, maquillaje para la cara etc.
A los pocos días, Dickie recibió una carta de Marge, donde mostraba su extrañeza por su decisión y sus recelos hacia Tom. Y a su vez, Tom escribió a “sus padres”. Igualmente, contactó con alguien para que vendiera los bienes de Dickie en Mongibello, incluyendo la casa y el velero.
Tom escribió a Marge diciéndole que se iba unos meses a Sicilia, con el pintor, cuando su idea era irse a Mallorca. Cuando hacía las maletas, alguien llamó a la puerta. Era Freddie. Tom no se explicaba cómo había dado con el apartamento. Volvió a ser Tom y explicó a Freddie que Dickie había salido a un bar, el Otelo. Freddie percibió detalles de Dickie en Tom: los zapatos, una pulsera y se puso en una actitud incómoda, pero dijo que se iba a buscar a Dickie. Al salir se encontró con la portera que le aseguró que Dickie estaba en casa, y volvió a subir. Tom les oyó y lo esperó con un cenicero grande en la mano, con el que lo mata. Registró a Freddie y vio que tenía las llaves de un coche. Decidió que esperaría a que oscureciera y arregló el apartamento con botellas de alcohol y colillas, derramando líquido sobre la garganta y la ropa de Freddie y dejando sus huellas en un vaso. Él mismo bebió para estar algo borracho. Al anochecer, bajó el cadáver hasta la calle y allí lo cogió como si estuviese borracho y lo subió al coche como copiloto. Condujo hasta la vía Apicca, donde tiró el cadáver bajo unos árboles junto con el abrigo. De vuelta, limpió sus huellas del coche y lo dejó con las llaves puestas en la puerta de un club nocturno y volvió a casa andando.
Al día siguiente y aunque en los periódicos no aparecía nada del hallazgo del cadáver, Tom recibió una llamada de la policía en que le preguntaban si conocía a Freddy, le informó del hallazgo de su cadáver y le pedían si podía responder a unas preguntas. Se personaron dos policías en su casa, a los que dijo que Freddy había estado allí, pero que se fue a las seis. Le pidieron que permaneciera en Roma, por lo que decidió no irse a Mallorca.
A la mañana siguiente, ya en el hotel en el que estaba registrado Dickie, en los periódicos aparecía la noticia, y además el hallazgo de una barca en San Remo, con manchas de sangre. Además, el recepcionista le indicó que había recibido varias llamadas de Marge.
Tom quería ir a preguntar a la policía si ya se podía ir de Roma, pero recibió la visita de los policías del día anterior, que le interrogaron sobre su estancia en San Remo, con Tom, y sobre la última vez que lo había visto, ya que pensaban que Tom Ripley podía estar muerto. Le dieron permiso para ir a Palermo, ya que les dijo dónde se alojaría. Tom lo que quería era salir de Roma. Recibió una llamada de Marge, que estaba en Roma buscando a Dickie, le dijo que no estaba y quedó con ella en un bar, pero lo que hizo fue irse al puerto camino de Palermo.
Ya en Palermo, supuso que Marge habría confirmado a la policía que Tom estaba vivo, ya que había hablado con ella, y en unos días recibió una carta de Marge que sonaba a reproche y despedida. Por su parte, escribió a los señores Greenleaf para tranquilizarlos. También recibió una llamada de un policía que le preguntó si sabía dónde estaba Tom, a lo que contestó que lo había visto en Roma y que creía que todavía estaría allí.
A los pocos días, fue la compañía a través de la que Dickie recibía sus cheques, la que le escribió sobre un problema con su firma y solicitándole remitiese una nueva cartulina, cosa que hizo, ratificando que las firmas a las que hacían referencia eran correctas. Posteriormente, la policía también le escribió conminándole a que fuese a Roma a contestar unas preguntas sobre Tom Ripley.
Los días posteriores hicieron plantearse a Tom enterrar definitivamente a Dickie y volver a ser él mismo, aunque odiaba su anterior existencia. Dejó en Palermo todo lo referente a Dickie, excepto los anillos, y se dispuso a marchar a Venecia, dónde se alojó en un hotel. Los periódicos empezaron a hablar de la desaparición de Dickie, y a considerarlo sospechoso de la muerte de Freddy y posiblemente de Tom. Decidió ir a la policía y aclarar que estaba vivo. Aunque le pidieron que fuese a Roma, él mostró su disconformidad. A la visita de un policía en su hotel, le contó que había estado los últimos meses viajando por el norte de Italia y respondió a todas sus preguntas sobre Dickie y Freddie, fomentando incluso la idea de que Dickie podía haber asesinado a Freddie e incluso que Dickie podía estar muerto. Decidió escribir un testamento de Dickie, en que le legara a él todos sus bienes, que guardaría en un sobre con la indicación de que no se abriera hasta pasados unos meses.
Escribió a los padres de Dickie mencionándoles su temor de que Dickie se hubiese suicidado, o le hubiesen asesinado. En los mismos términos había escrito a Marge, que le contestó con las mismas dudas. Tom se había instalado en un antiguo palazzo veneciano, al que se podía acceder directamente en góndola. Escribió el testamento de Dickie, que guardó en un sobre en la maleta como si llevase tiempo allí. y se deshizo de la antigua máquina de escribir. Empezó a conocer a gente en Venecia y a frecuentar fiestas a las que era invitado.
A los pocos días recibió la visita de Marge, que había estado en Roma con el señor Greenleaf, que se había desplazado a Italia para intentar localizar a Dickie. Hablaron largo tiempo sobre Dickie, sobre su padre y sobre él mismo ya que Marge se extrañaba que tuviese dinero para permitirse vivir en el palazzo y tener servicio. La explicación de Tom fue que iba a estar instalado allí hasta que se terminase el dinero que tenía y luego volver a casa. Invitó a Marge a quedarse a dormir. También llamó al señor Greenleaf, invitándole a ir a Venecia, aunque declinó la invitación. Tom y Marge fueron a una fiesta, dónde todos divagaban sobre el paradero de Dickie, incluso alguien llegó a plantear la idea de que alguien había estado suplantando a Dickie.
A la mañana siguiente, Tom recibió un telegrama del señor Greenleaf en el que le decía que cambiaba de idea y que iba para Venecia. Tom y Marge fueron a recibirle a la estación y Greenleaf confirmó a Tom que había contratado un detective americano que llegaría pronto a Italia. En una conversación entre los dos, Tom le dijo que había una posibilidad de que Dickie se hubiese suicidado, aunque él creía que lo más probable es que estuviese escondido.
Marge y Tom asistieron a una fiesta a la que estaban invitados, convirtiéndose ambos en el centro de la misma por la desaparición de Dickie. Al volver cenaron con el señor Greenleaf, que les comunicó que se volvía a Roma. Ya en casa, Marge encuentra los anillos de dickie en un estuche. Tom dijo que Dickie se los había dado para que los cuidase y que se había olvidado por completo de ellos. La posibilidad de matar a Marge pasó por la cabeza de Tom. Le detuvo la reacción de ella, que pensó que la aparición de los anillos podía ser una señal de que Dickie podía haberse suicidado y recriminó a Tom que no lo hubiese mencionado antes. Quedaron en decirlo al señor Greenleaf y a la policía.
Por la mañana Marge llamó a Greenleaf y le contó lo de los anillos. Él pensó igual que ella, era una señal del posible suicidio de Dickie. El detective americano finalmente llegaba a Venecia por lo que la vuelta de Greenleaf a Roma se pospuso.
El detective habló con Marge y Tom, sobre los anillos, la última vez que vieron a Dickie, sus opiniones sobre la actitud de Dickie, y posteriormente habló a solas con Tom sobre la relación de Marge con Dickie y sobre la posibilidad de que éste hubiese matado a Miles.
Greenleaf y el detective dejaron Venecia y Tom pasaba los días, sin recibir noticias de ellos, solo una llamada al día siguiente de su partida, en la que el detective le pidió que le señalara las personas que más conocían a dickie en Mongibello. Marge había partido para los Estados Unidos.
Tom, armándose de valor, escribió al señor Greenleaf comunicándolo el hallazgo del testamento de Dickie, que él mismo había escrito.
Tom planea irse a Grecia y el hallazgo en la American Express de las maletas y los cuadros de Dickie que él mismo había enviado usando el nombre de Fanshaw, solo sirvió para que se buscasen huellas y la policía se preguntase acerca de este señor Fanshaw, iniciando todo tipo de especulaciones: si era el asesino de Dickie, si era el propio Dickie que había adoptado esa personalidad. Tom pasó unos días con la lógica preocupación, pero nada más. Embarcó para Grecia, en cuya travesía trabó amistad con una anciana y su hija, las Cartwright, y todo transcurrió plácidamente hasta que el barco llegó a Grecia, dónde la policía estaba esperando en el muelle, lo que inquietó terriblemente a Tom, quién temió lo peor. Sin embargo, pasó entre ellos como cualquier otro pasajero. No estaban allí por él.
Los periódicos que compró seguían especulando con el hallazgo de las maletas y la identidad del señor Fanshaw y concluyendo que, en cualquier caso, o bien Dickie se había suicidado, o seguía vivo y había adoptado la personalidad de Fanshaw, o había sido asesinado. En todo caso su búsqueda se había dado por concluida.
Al llegar a Atenas, recogió tres cartas de la American Express, una de ellas del señor Greenleaf, que, para su sorpresa, le informaba que pensaban que el testamento confirmaba el suicidio de Dickie y que quería respetar su deseo de que todos sus bienes pasasen a Tom.
Aunque sigue pensando que siempre que vea a la policía, Tom es feliz y se dirige a un taxi pidiéndole que le lleve al mejor hotel.
Resumen
Tom Ripley, un chico ambicioso y perdedor, es abordado por el señor Greenleaf, un rico naviero que cree que es un buen amigo de su hijo Dickie, que le solicita que vaya a Europa a convencer a Dickie de que vuelva a casa.
Tom, ve una oportunidad de iniciar una nueva vida, y viaja con ese cometido a Mongibello, donde Dickie vive a costa de sus padres y disfrutando de la vida junto con una amiga, Marge. Tom se introduce en la vida de ambos, ansiando ser como Dickie y sembrando discordia entre ellos, para lo que le confiesa el verdadero motivo de su viaje, lo que hace que se gane la confianza de Dickie.
La plácida convivencia se vuelve algo turbia, sobre todo por el carácter cambiante de Dickie, lo que hace a Tom asesinarlo y adoptar su personalidad, aprovechando su parecido físico.
En su nuevo cometido Tom tiene que lidiar con los conocidos de Dickie, a quienes no puede engañar, adoptando indistintamente sus papeles como Tom y Dickie, y asesina también a Miles, un amigo de Dickie que empieza a sospechar de él.
Tom vuelve a ser él mismo y empieza a inculcar a Marge y al señor Greenleaf la idea de que Dickie se ha suicidado.
La policía, a quien atiende indistintamente como Dickie y como él mismo, dependiendo del momento, tras una investigación en la que se suceden diversas hipótesis, entre ellas la propia muerte de Tom, concluye que Dickie pudo asesinar a Miles y posteriormente haberse suicidado o haber sido asesinado, pero que no cuentan con pruebas que certifiquen ninguna de sus hipótesis.
Tom llega a Grecia, en libertad y siendo el único heredero de los bienes de Dickie, tras haber falsificado su testamento y con la aquiescencia de los señores Greenleaf.
Opinión personal
Aunque fácil de leer, creo que al libro no le han sentado bien los años. La trama parece en la actualidad algo infantil y difícil de creer. No obstante, hay que reconocer que en su momento debió de ser algo novedosa.
Algunos personajes quedan sin cerrar, aunque desconozco si son retomados en las siguientes novelas en las que la autora retoma al personaje.
Puntuación: 6/10
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